domingo, 3 de abril de 2011

2 DE ABRIL... QUE LOS COBARDES NO GRITEN MÁS FUERTE

“…luchemos codo a codo respetándonos integralmente unos a otros para ser lo que merecemos ser y aun no lo somos.

Todo está en nuestras manos. VIVA LA PATRIA!!!”

(Coronel VGM(R) Horacio Losito)

Malvinas, Malvinas… ¡Malvinas!... Malvinas es la gesta argentina contemporánea por excelencia.

Es la guerra contra una potencia extranjera que vivió nuestra generación.


Todas las anteriores las conocíamos solo por los libros de historia.


2 de abril de 1982.


Me levanté rezongando la rutina escolar.


Hacía frío y amanecía despacio.


En la mesa de la cocina estaban mamá y papá esperando para el desayuno.


Y cuando papá estaba para el desayuno, pasaba algo.


Y fue mi viejo el que me dio la noticia:


"Acaban de recuperar las Malvinas".


Desde mis 16 años, pensé que eso era una buena noticia, pero papá intentaba hacerme entrar en razones:


"Estamos en guerra", dijo con una preocupación que le quebraba la garganta.


Pero es lejos, contesté queriendo hacerme el gracioso.


La guerra era lejos, y yo tenía mis urgencias:


las de mi adolescencia.


Fue mucho después que tomé conciencia.


Seiscientos muertos después. 29 años han pasado, y Malvinas sigue siendo un tema pendiente entre nosotros que, argentinos al fin, preferimos hablar de las miserias de la guerra antes que recordar con HONORES a nuestros HÉROES.


Pueblo cordero… casi pueblo cobarde.


Un pueblo cobarde que prefiere cada año justificarse en las miserias de la guerra, y no hablar nunca la gloria de sus Héroes!...


Si el 2 abril se resume en la patética película Iluminados por el Fuego, convengamos que, entonces, nos ganaron los cobardes.


En un país donde se ensalza hasta la valentía de un perro que salva un gato, curiosamente se esconden las miles de historias heroicas de nuestros HOMBRES de Malvinas.


La noche del viernes 28 abril, el capitán José Vercesi, jefe de la 1ra sección, recibió la orden de ejecutar una exploración de 40 kilómetros para informar sobre las actividades de los británicos que habían desembarcado el 21 de mayo, y de los cuales se sabía poco y nada.


Todo se hizo a oscuras.


Con evidencias de un particular cansancio, producto de las tensiones vividas en los últimos días y con falta de sueño, los hombres de la Sección, reforzados con suboficiales apuntadores de misiles Blow-Pipe, un enfermero y el sargento 1ro Helguero de la 601, se alistaron para la salida.


" Partimos a poco de amanecer en dos helicópteros" peinando las formas del terreno para evitar radares y armas, y tratando de familiarizarnos con el recorrido, en prevención de tener que volver a pie.


Nunca imaginamos que a escasos metros estaba el campamento del enemigo, situado en Teal Intel Settlement, cuyo jefe era el brigadier Julian Thompson.


Cuando se alejaron los helicópteros, una extraña sensación nos envolvió.


Un silencio tajante contrastaba con el ruido ensordecedor de los motores.


Estábamos en terreno de nadie, a mitad de camino entre la cabeza de playa de los británicos y nuestras posiciones lejos de cualquier ayuda, confiando solamente en la propia capacidad y creyendo ciegamente en el camarada", cuenta el Coronel Horacio Losito, veterano de guerra.


Y prosigue su relato…"Luego de una marcha forzada, en las proximidades de la cima del monte lugar desde el cual se podía observar con mayor precisión.


A las pocas horas divisamos un corredor aéreo de helicópteros enemigos que transporta externamente cañones y bultos en grandes cantidades.


Volaban en dirección general la línea San Carlos - Puerto Argentino. Intentamos informar lo que veíamos, aplicando todos los conocimientos de comunicaciones a nuestro alcance sin éxito.


La interferencia era enorme y no queríamos mantener prendido el equipo durante mucho tiempo para evitar ser detectados".


"El 30 de mayo de 1982 amaneció frío pero soleado.


A media mañana, el capitán resolvió desplazarnos hacia Fitz Roy-a unos 20 kilómetros del lugar, a través del cordón del Rivadavia.


El objetivo era conectarnos con una sección de Ingenieros y desde allí poder trasmitir nuestros informes.


Comenzamos la marcha sobrecargados, porque aparte del equipo propio, transportábamos armamento y munición de un depósito que había instalado la Compañía 601.


El desplazamiento sobre la turba se hizo muy dificultoso y agobiante, ante la posibilidad de pasar otra noche gélida y mojados, decidimos hacer un alto en un sitio que el mapa describía como una elevación, pero estaba del otro lado del arroyo Malo, Su nombre:


Top Malo House (la casa de alto). Luego de cruzar el arroyo de agua helada y torrentosa-donde algunos de nosotros caímos al resbalar en el verdín de las piedras del lecho- abordamos la casa con técnicas apropiadas para el caso, en previsión de que estuviera ocupada por el enemigo.


Nuestra sección se dividió en dos grupos: uno ocupó el piso superior y el otro, la planta baja.


Sabíamos que el estar dentro de la casa no ofrecía seguridad, pero existía una real necesidad de recuperarnos y secar el equipo para poder enfrentar con éxito las futuras exigencias.


La decisión que se adoptó al dilema planteado la pagaríamos con sangre horas más tarde...” Fuerzas de elite británicas con órdenes de aniquilar al enemigo atacaron con todo tipo de armamento la casa.


El Teniente Primero (post mortem) Espinosa, que se encontraba de guardia en la parte superior de la casa cuando se desató el ataque, abrió fuego y logró atraer las balas enemigas hacia él, para que el resto pudiera salir. Eso le costó la vida.


Losito, antes de poder salir es alcanzado en la cabeza por una esquirla de cohete antitanque que los hirió en la cabeza.


Pese al intenso combate, logró replegarse hacia una posición elevada.


En ese trayecto una bala le alcanzó la pierna izquierda, hiriéndolo nuevamente de consideración.


Sin perjuicio de ello, continuó el combate, aún luego de que el jefe de la patrulla argentina decidió rendirse.


El fuego del entonces Teniente Primero Losito cesó solo cuando se desvaneció a causa de la pérdida de sangre.


Losito fue atendido por los británicos y se convirtió en prisionero de guerra durante un mes.



La esposa y la hija saludando al Coronel Losito a la salida de tribunales


En esa ocasión el Doctor Rick Jolly, jefe del staff médico inglés, sanó las heridas de Losito.


La esposa y la hija saludando al Coronel Losito a la salida de tribunales Horacio Losito recibió las siguientes condecoraciones:


"Del Congreso, a la Campaña de Malvinas", "Herido en Combate" y al "Mérito Militar" (máximo reconocimiento que recibe un militar por una situación de combate) por la siguiente causa:


"Integrando una patrulla de Comandos de la cual era 2º Jefe, durante una operación de alto riesgo en terreno controlado por el enemigo, reaccionar con decisión ante el ataque sorpresivo de fuerzas notoriamente superiores y combatir con singular valentía ocasionando bajas al enemigo.


Pese a resultar herido en dos oportunidades durante el combate, continuar la acción hasta el límite de sus fuerzas, constituyendo un verdadero ejemplo para sus subordinados".


Losito se convirtió así en uno de los soldados argentinos, vivos, más condecorados de la guerra. Hace unos días tuve el honor de poder visitarlo. Fue en un hospital.


Ahí estaba con su esposa, apenado porque no podrían operarlo debido a un cuadro de alta presión.


Un hombre muy alto y morocho que camina con una faja en la cintura por sus dolencias. El Héroe de Malvinas está también detenido por supuestos delitos de lesa humanidad. Alguien dice haberlo reconocido en Margarita Belén.


El “testigo” lo describió como “un hombre petiso, rubio y de ojos celestes”… parece un designio nacional, en Argentina, siempre los cobardes gritan más fuerte.


Malvinas, Gloria y honor a los caídos en combate… recuerdo para todos aquellos que defendieron la Patria con coraje!!


Horacio Ricardo Palma

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